POR MYRIAM VIDAL VALERO
Los potenciales daños a la salud mental resultantes de la pandemia del COVID-19 nos requieren competencias periodísticas especiales para contar historias de calidad que cuiden a las personas e informen con precisión. Cubrir esta pandemia se ha convertido en un reto periodístico y psicológico, no solamente por la forma en cómo nos afecta sino también cómo afecta a nuestras fuentes. Afortunadamente, los periodistas no estamos solos y existen guías que nos indican el camino.
En el inicio, hubo una entrevista
Toda historia incluye en su inicio alguna entrevista. Mientras que nuestro oficio nos obliga a hacer todo tipo de preguntas incisivas con el fin de conseguir la nota, una situación de desastre o un tema de salud mental requiere un enfoque diferente.
¿Cómo aproximarnos con una persona que ha perdido a un ser querido, que está pasando por una situación de desplazamiento, que ha sido víctima de violencia o que tiene alguna enfermedad mental, y pedirle que nos cuente su historia? ¿Cómo saber qué le podemos preguntar y cómo podemos preguntárselo? ¿Cómo cuidar a la persona durante la entrevista para no destapar emociones que después no podamos controlar?
El manual para cubrir trauma del Dart Center for Journalism and Trauma en Estados Unidos ofrece las siguientes indicaciones al momento de entrevistar a las víctimas de un desastre:
- Trata siempre a las víctimas con dignidad, sensibilidad y respeto, de la forma en que desearías ser tratado en una situación similar. Esto incluye saber cuándo y cómo retroceder.
- Indentifícate claramente: «Soy Myriam Vida de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia y estoy haciendo una historia sobre tal”. No te sorprendas si recibes al principio una reacción severa, especialmente de padres de niños víctimas. No respondas reaccionando con dureza.
- Puedes decir que lamentas la pérdida de la persona, pero nunca digas «Entiendo» o «Sé cómo te sientes». Mantente respetuoso.
- No te abrumes con las preguntas más difíciles primero. Comience con preguntas como: «¿Puede contarme sobre la vida de esa persona?» o «¿Qué le gustaba hacer?” “¿Cuáles fueron sus pasatiempos favoritos?” ¡Entonces escucha! El peor error que puede hacer un periodista es hablar demasiado.
- Ten especial cuidado al entrevistar a familiares de cualquier persona que esté desaparecida, y trata de aclarar que buscas perfilar sus vidas antes de que desaparezcan y no escribir sus obituarios. Si no puedes comunicarte con la víctima o el sobreviviente, intenta llamar a un pariente o a la funeraria para solicitar una entrevista u obtener comentarios. Si recibes una reacción severa, deja un número de teléfono o tu tarjeta y explica que el sobreviviente puede llamar si quiere hablar más tarde. Esto a menudo conduce a las mejores historias.
Al respecto, el maestro en psicología Juan Carlos Segarra, coordinador general del programa de Atención Psicológica en Desastres (APSIDE) explica que es muy importante tener cuidado para no re-victimizar a la víctima durante la entrevista. Esto sucede cuando nuestras preguntas la llevan a revivir cada detalle del evento traumático con tal de obtener respuestas, o cuando se dicen cosas como “pobre de usted” o “¿y ahora qué es lo que va a hacer?”. Aunque la víctima va a revivir los acontecimientos al contarlos, con una simple pregunta general como “¿qué fue lo que pasó?” es suficiente. A partir de ese momentoe, es importante dejarlos hablar.
“El peor error de un periodista es no saber escuchar. Lo importante es hacer un trabajo de información que le ayude a las que todavía no son víctimas para cuidarse y a ver el panorama que se está viviendo. Se van a sentir muchas emociones al mismo tiempo, el chiste es no transferirlas a la víctima tratando de sacar información. Muchas personas lo harán para tratar de sacar la nota, pero otras lo harán por angustia, hay que reconocer la angustia propia a la de la víctima”, dice Segarra.
Aunque estas recomendaciones funcionan con víctima de eventos traumáticos como un desastre natural o la actual pandemia, los periodistas también pueden enfrentarse al reto de entrevistar a alguien con un trastorno mental como depresión, trastorno afectivo bipolar, esquizofrenia y otras psicosis, demencia, discapacidades intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo. La Organización Mundial de la Salud explica que estos trastornos se carecterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás.
El Sane Media Centre en Australia explica que, por lo general, las personas con un trastorno mental están motivadas a compartir su experiencia porque quieren educar a la comunidad y crear una mayor aceptación. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que muchas de ellas pueden experimentar sentimientos de ansiedad y desesperación como parte de su condición por lo que ofrece las siguientes recomendaciones para la entrevista:
- Asegúrate de tener un «consentimiento informado»: que el consentimiento del entrevistado sea el mismo hoy que la semana próxima. Si alguien está experimentando un episodio de enfermedad, como psicosis o manía, más tarde puede sentirse de manera diferente acerca de estar involucrado o lo que eligen compartir. Si entrevistas a alguien afectado por suicidio, es importante considerar el momento de la entrevista y considerar si cualquier posible publicidad podría causarle más dolor o angustia al entrevistado o la comunidad.
- Explica claramente el propósito de la entrevista y los problemas que te gustaría abordar.
- Considera proporcionar preguntas por adelantado para ayudar al entrevistado a prepararse.
- Permite que un amigo o familiar esté presente
- Discute el uso de fotos antes de la entrevista.
- Deja claro el ángulo de la historia.
- Siempre que sea posible, permite que la persona revise el artículo final y verifique sus citas y parafraseado.
- Discute la opción de anonimato.
- Identifica claramente qué medios de comunicación transmitirán o publicarán la historia y si la historia aparecerá en más de un medio.
- Si el entrevistado es menor de 18 años, el consentimiento también debe discutirse con un padre o tutor; es probable que los menores ignoren las prácticas de los medios.
- Aconseja al camarógrafo, fotógrafo o editor de fotos que evite el uso de imágenes que perpetran estereotipos inexactos y anticuados de enfermedades mentales (por ejemplo, el uso de espejos para crear múltiples reflejos de un entrevistado diagnosticado con esquizofrenia).
- Si el entrevistado está asociado con una organización de salud mental, considera involucrarlo en el proceso de la entrevista para asegurar que el entrevistado sea apoyado.

La confianza se mantiene al contar la historia
Es fácil pensar que la parte más importante del trabajo es conseguir que los sujetos confíen en el periodista y se abran con él, pero no es así. Lo que decimos y cómo lo decimos también importa. Uno de lo más grandes privilegios que tenemos los periodistas, a mi parecer, es el acceso a ciertas personas y acontecimientos restringidos al resto de la sociedad. En ese momento nos convertimos en el filtro por el cual las personas percibirán el mundo y por lo tanto, al hablar de trauma y trastornos mentales es importante detenernos un momento y reflexionar sobre el lenguaje y los elementos gráficos que utilizaremos para comunicar dicha realidad sin promover el estigma.
En el caso de reportar sobre personas que hayan muerto en un evento desastroso, el Dart Center habla sobre la importancia de concentrarnos en la vida de la persona, qué es lo que la hacía especial. Para ello recomienda usar detalles pertinentes que ayuden a describir cómo vivieron, por ejemplo, «a Sebastián le encantaba tocar la guitarra por la noche para entretener a su familia, pero también lo ayudó a escapar del estrés de su trabajo como ayudante de la policía». También se pueden usar citas y anécdotas de los familiares y amigos de la víctima que describan su vida. Especialmente aquellos que cuentan cómo superó algunos de sus obstáculos.
Al hablar sobre su muerte, se recomienda evitar detalles sangrientos innecesarios así como el uso de palabras y términos sensacionalistas como «descansará en paz» o «una comunidad conmocionada llora la muerte». Y para ilustrar la noticia, recomienda evitar el uso de imágenes gráficas de los cuerpos o la violencia. Es mejor usar fotos recientes de la víctima en vida.
En el caso de hablar sobre alguien con una efermedad mental, uno de los errores más comunes que se llegan a cometer es propagar el estigma, que sucede cuando la sociedad etiqueta a alguien como contaminado, menos deseable o diferente. El estigma involucra tres elementos: falta de conocimiento (ignorancia), actitudes negativas (prejuicio) y personas que se comportan de manera desventajosa para la persona estigmatizada (discriminación). Al respecto, la organización Mindframe en Australia emite la siguiente tabla de recomendaciones:
Problema | No se recomienda | Se recomienda |
Cierto lenguaje sensacionaliza la salud mental y refuerza el estigma | Términos como ‘paciente mental’, ‘loco’, ‘psico’, ‘esquizo’, ‘desquiciado’. | Una persona está ‘viviendo con’ o ‘tiene un diagnóstico de’ una enfermedad mental |
Terminología que sugiere una falta de calidad de vida para las personas con problemas de salud mental. | Referirse a alguien con una enfermedad mental como una ‘víctima’, ‘que sufre’ o ‘afligido con’ una enfermedad mental | Una persona está ‘siendo tratada’ o ‘alguien con’ una enfermedad mental |
Etiquetar a una persona por su enfermedad mental | Una persona es ‘esquizofrénica’, ‘anoréxica’ | Una persona ‘tiene un diagnóstico de’ o ‘está siendo tratada por’ esquizofrenia. |
Descripciones de comportamientos que implican la existencia de problemas de salud mental o son inexactos. | Usar palabras como ‘enloquecido’, ‘trastornado’, ‘loco’, ‘psicótico’ | El comportamiento de la persona era inusual o errático. |
Los coloquialismos sobre el tratamiento pueden socavar la voluntad de las personas de buscar ayuda | Usar palabras como ‘píldoras felices’, ‘institución mental’ ‘loquero’ | Terminología precisa para los tratamientos como antidepresivos, psiquiatras o psicólogos, hospital de salud mental |
La terminología utilizada fuera de contexto se suma al malentendido y trivializa la enfermedad mental | Términos como ‘perro psicótico’, o decir ‘esquizofrénico’ para denotar dualidad como ‘economía esquizofrénica’ | Reformule cualquier oración que use terminología psiquiátrica o médica de manera incorrecta o fuera de contexto |
También es recomendable tomar en cuenta si puede haber consecuencias para la salud y el bienestar de la persona al revelar su enfermedad mental y hacer una representación balanceada de la misma.
No mencionar la enfermedad mental de la persona en el titular pues esto sensacionaliza la enfermedad y refuerza el estigma; no usar fotos o imágenes que innecesariamente muestren a personas con problemas mentales en mal estado, buscar comentarios de expertos sobre la enfermedad específica representada y no exagerar la enfermedad de una persona o el efecto que tiene en su comportamiento o su vida.
Para concluir, retomo las palabras de la periodista Katharine Graham: el poder está en definir la agenda. Lo que publicamos y lo que no, importa, y mucho. Ahora más que nunca se ha vuelto necesario hablar sobre salud mental, hacerlo responsablemente puede crear grandes impactos positivos en la sociedad.
A continuación una lista de recursos adicionales que puede consultar, así como una lista de líneas de apoyo a la salud mental.
Mental health tips and resources for journalists, International Journalists Network
Responsible Reporting, Time to Change
Style Guide: Reporting on Mental Health, the California Mental Health Services Authority (CalMHSA)
Salud mental, Fundación Gabo
Locatel. No solo apoya a personas con trastornos de ansiedad y depresión, sino que también interviene en eventos como desastres naturales y contingencias. Locatel se enfoca en satisfacer las necesidades de las personas y la única desventaja es que solo opera en la Ciudad de México y su zona metropolitana. Actualmente cuenta con 10 línea de apoyo especializadas. También se puede marcar al 56-58-11-11
Conadic (Comisión Nacional contra las Adicciones). Promueve y protege la salud de los mexicanos informándolos y dándoles recursos para mantenerse lejos de las adicciones, y también atieneden otros problemas como la depresión y ansiedad. El aislamiento social puede provocar cambios en nuestra salud mental, ¡No te aísles! Pide ayuda, en Conadic MX te escuchamos en la Línea De La Vida 800 911 2000. A veces las líneas se saturan pero pueden contactarlos por mensaje en Twitter, Facebook o enviar un correo electrónico a lalineadelavida@salud.gob.mx
Línea de Atención Psicológica Call Center de la Universidad Nacional Autónoma de México, especializada en salud mental. Se trata de un servicio gratuito abierto a todo el público, donde especialistas atienden de manera breve y directa a aquellos que estén pasando por una crisis o un momento difícil. El servicio es de lunes a viernes de 8 de la mañana a 6 de la tarde en el número 5025 0855.
Línea de Ayuda Origen brinda asesoría psicológica, legal y médica, de manera gratuita y confidencial. Los asesores trabajan de lunes a domingo, de 8 de la mañana a 10 de la noche. El teléfono es: 800 015 16 17. También se les puede contactar por lineadeayudaorigen@origenac.org

Myriam Vidal Valero es miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Anteriormente trabajó en el boletín Aquí entre Nos, el portal Ciencia UNAM y el programa de radio La ciencia que Somos de la Dirección General de Comunicación de la Ciencia, y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico. Actualmente es una periodista de ciencia freelance y ha colaborado con las revistas ¿Cómo ves? Y Muy Interesante y los portales del New York Times en Español y Medscape en Español, entre otros.