MYRIAM VIDAL VALERO

“No conozco un periodista muerto que entregue la nota”. No me he podido quitar de la cabeza esta frase del maestro en psicología Juan Carlos Segarra. Tiene todo el sentido del mundo y, sin embargo, creo que muchos periodistas necesitamos escucharla de forma constante porque pareciera que un componente fundamental de nuestro ADN periodístico es ir corriendo hacia el peligro en lugar de alejarnos de él.

La actual pandemia por COVID-19 nos ha empezado a exigir a los periodistas que sepamos reaccionar y comportarnos como si estuviéramos cubriendo un desastre natural, no solo en el ámbito de las entrevistas y el reporte que hagamos de la situación, sino en el del autocuidado. Si no ponemos primero nuestra seguridad física y nuestra salud mental, si no conocemos nuestros propios límites o nos forzamos a dar más cuando hemos llegado al límite de lo que podemos manejar, corremos el riesgo de convertirnos en una víctima más y agrandar el problema.

Para ello, el coordinador general del programa de Atención Psicológica en Desastres (APSIDE), Juan Carlos Segarra, nos da los siguientes consejos.

Juan Carlos Segarra

M: ¿Cómo podemos cuidar de nuestra salud mental al momento de estar en el campo y hacer entrevistas a las víctimas del evento?

JC: Es muy importante que el reportero sepa hasta dónde puede llegar, por ejemplo, si alguno de los reporteros ha tenido una pérdida de alguien cercano o está en duelo, esto le va a afectar el doble al hacer su trabajo por lo que es más recomendable que trate de hacer cosas administrativas. Hacer trabajo de campo porque puede tener efectos contraproducentes, sobre todo al hablar con las personas, puede transmitir toda la frustración y el enojo que tiene, y se pone en riesgo.

M: En estos tiempos, rara vez existe la opción de declinar un trabajo. ¿Qué podemos hacer los periodistas para cuidarnos en el trabajo, aunque no estemos al cien?

JC: Cuando tienes que salir pase lo que pase es recomendable prepararse antes del evento para que sea menor el impacto. El reportero tiene que hacer una lista de a dónde va a ir, por dónde va a acceder, qué es lo que tiene pensado hacer, a quién va a entrevistar, qué equipo de seguridad necesita, etc.  

También es importante que lleve comida con mucha proteína y de fácil acceso; alguien que no tiene comida se pone agresivo. Siempre tiene que llevar agua porque todo lo que estresa al cuerpo va a estresar a la mente. Si un reportero se empieza a deshidratar por estar cumpliendo con su trabajo, va a empezar a fallar pues la falta de agua hace que no pienses con claridad, y al extremo puede dar un golpe de calor y otras problemáticas.

En el caso particular de una cobertura en tiempos de COVID-19, necesita llevar mascarillas extras porque se las va a tener que cambiar. Si puede llevar lentes que los lleve, aunque sean lentes obscuros, si tiene careta que la lleve. Le va a servir para protegerse físicamente. Entre más cuidado vaya el reportero más va a poder reducir la angustia al hacer su trabajo. La angustia lo llevará a cometer errores y a ponerse en riesgo.

M: Me imagino que también debe de haber una preparación mental sobre las cosas que podemos llegar a encontrar, ¿correcto?

JC: Así es. En la medida de lo posible hay que tener una visualización de lo que se va a ver en la zona de desastre. Los grupos que preparan a las personas antes de llegar a una zona de desastre les explican hasta los olores que van a enfrentar. Que vaya lo más preparado para que no se truene en el lugar porque se pone en riesgo él y a todos. Deben hacer un barrido de lo que van a confrontar para que no los agarre de sorpresa y puedan hacer el trabajo. Imaginarse que están ya en medio de la situación y hacerse conscientes de que ellos también son víctimas.

M: ¿Los reporteros también somos víctimas?

JC: Todos los que estamos viviendo esto estamos involucrados. Todos estamos siendo víctimas del encierro, todos estamos siendo víctimas de las noticias, del exceso de información que tenemos, todos estamos involucrados.

Por ejemplo, es diferente ver a alguien que falleció en un accidente de moto cuando el reportero no tiene una y no se identifica, a tomarle foto a un cadáver o hablar con una familia que acaba de perder a alguien de coronavirus, porque tú también estás en riesgo y a ti también te puede pasar. Empiezas a hacer transferencia al ver lo que te puede pasar a ti mismo si no te cuidas.

Mientras están haciendo su trabajo es importante que hagas pausas. Si tienes un trabajo muy pesado, cada dos horas te tienes que dar un descanso de cinco minutos, salir a caminar, a tomar agua, a revisar que estés bien. También es importante recordar que el trabajo que están haciendo es sumamente importante y que no te puedes poner en riesgo porque si lo haces vas a dejar de hacer tu trabajo. Yo no conozco ningún reportero muerto que entregue la nota.

Aprender a respirar es fundamental, por lo general las personas no saben hacerlo. Respirar correctamente es como tomar un vaso de agua: al inhalar primero debe entrar el aire al estómago, luego al plexo solar y finalmente al pecho, al exhalar sucede al revés.  Una técnica de mindfulness para tranquilizarse es concentrarse y respirar en 3 tiempos: inhalar en 3 tiempos, sostener 3 tiempos y soltar en 3 tiempos, todo por la nariz.

Esto funciona a nivel neuropsicológico. Es posible sentir mareo las primeras veces porque te estás oxigenando más de lo que estás acostumbrado, pero al darle más oxígeno al cerebro vas a tener más precisión y enfoque, y al controlar la respiración le estás diciendo al cuerpo que se relaje. Si se hace de forma regular, lo harás en automático cuando llegues con una víctima o cuando estés muy nervioso. Respirar bien te oermitirá acabar tu trabajo sin tener angustia generalizada.

Usualmente, cuando vamos a entrar en crisis o estamos muy angustiados empezamos a respirar más rápido, como si estuviéramos corriendo, y no estamos oxigenando el cerebro. Respirar así también funciona para salir de un ataque de pánico.

M: ¿Cómo podemos poner distancia entre nosotros y la persona a la que entrevistamos o de la que hablamos? Muchas veces queremos ayudar, pero no podemos, la situación sale de nuestras manos.

JC: Es el famoso síndrome de desgaste por compasión, ponerte en los zapatos del otro y querer solucionarle toda la vida. Quieres ayudar a los demás y pones los intereses de terceras personas por arriba de los tuyos. Es complicado, sobre todo al hablar con familiares. Las familias están muy desesperadas. Nos vamos a topar con unas imágenes bastante dolorosas, de bastante compasión y empatía por los demás. Hay que ver nuestras limitantes y hasta donde podemos llegar. Te vas a quedar preocupado por la familia, pero si quieres ayudar les puedes dar información, números de apoyo.

Es muy importante no prometer nada que no se pueda cumplir como “todo va a estar bien”, realmente tú no sabes que “todo va a estar bien”. Cuando nos gana la angustia decimos cosas que pensamos que van a bajar la angustia de la otra persona, por ello hay que aprender a reconocer que es nuestra propia angustia lo que nos está llevando a contestarle a la víctima cosas que pensamos que quiere escuchar pero que no le van a beneficiar en nada. Preferible decir “no sé” y no involucrarse, eso ayuda a seguir siendo objetivo. Su trabajo llega hasta cierto punto y no pueden hacer más.

M: ¿Qué tanto nos recomendarías entrenarnos en primeros auxilios psicológicos?

JC: Mucho. Los primeros auxilios psicológicos son muy útiles para poder distinguir la sintomatología en ellos y en sus compañeros, y para comprender mejor a la víctima y no cometer errores. Son herramientas que te pueden salvar la vida en un momento de crisis. Pero es importante recordar que, aunque pueden utilizar las herramientas para tranquilizar a la persona y saber como acercarse correctamente sin ser una amenaza, no capacitan al reportero para dar una atención psicológica profesional. Es importante que tengan números de apoyo y contactos de especialistas para referir a las personas con un profesional de ser necesario.

M: Existe esta idea entre los periodistas que necesitamos ser fuertes, resistentes, aguantar lo que sea que estemos sintiendo porque tenemos una misión qué cumplir. ¿Qué recomendaciones nos darías para poder empezar a dejar este pensamiento de lado y reconocer que también necesitamos ponerle atención a nuestro cuidado y salud?

JC: En los reporteros se tiene una sintomatología muy parecida a los equipos de rescate, se sienten Superman (o Superwoman). Los periodistas a lo que más le temen es a sentir miedo porque piensan que ya no van a poder hacer su trabajo, pero no hay que olvidar que el miedo es lo que nos mantiene vivos. No tiene nada de malo sentirlo. Está en el ADN de los reporteros el ayudar a la gente, pero hay que recordar que tienen primero que estar bien. Si se arriesgan más de la cuenta se convertirán en una víctima más, y una víctima jala muchos recursos. El ponerte en riesgo por ponerte en riesgo no te va a dar una mejor nota.

M: Bueno, ya sobrevivimos al día en campo y sacamos la información y las entrevistas que necesitábamos. ¿Cómo soltamos a las víctimas y todo lo que vimos una vez que llegamos a casa?

JC: Ya que terminas tu trabajo y llegas a casa, lo primero es hacer todos los procesos de auto-higiene (limpiar los zapatos, lavar la ropa, lavarte las manos, etc.) no solo para cuidar tu salud y no contagiarte sino porque ayudan psicológicamente. Así sabes que hiciste lo correcto y no te levantas en la noche pensando que no lo hiciste. Después de mandar la nota, date un espacio por lo menos de media hora para hacer algo que te guste. Un espacio para ti, para desconectarte, ayuda a tranquilizar al cerebro y que te puedas relajar para poder dormir.

Otra cosa que ayuda es hacer un debriefing de la situación. Esto es hablar sobre lo que pasó y cómo te sentiste. Para esto es recomendable que sea dentro de una misma red de apoyo de periodistas, un grupo que sepa y entienda lo que estás haciendo. Es muy importante que los reporteros sepan que, si se hace una red de autoayuda, las sesiones deben ser conducidas por un psicólogo o un profesional y que todo va a ser confidencial, con reglas de no decir cosas muy personales, solo lo que vieron en campo.

Las personas generalmente hacemos este debriefing en automático. Es como cuando tienes un accidente, ya que pasó el peligro empiezas a contar tu accidente a todos. Sin embargo, esto no es funcional porque estamos haciendo víctimas a nuestras familias. Vas a sentir la necesidad de hablarlo, pero no vale la pena victimizar a tu familia con tu trabajo porque los metes también en crisis y los angustias.

En este tipo de situaciones, existen tres tipos de víctimas:

Primaria: el reportero que ve todo en carne propia

Secundaria: la familia cuando llegas y les platicas

Terciarias: todos al ver noticias

M: Acabas de tocar otro tema muy importante. Dentro de las recomendaciones generales para cuidar la salud mental en esta pandemia está el dejar de ver noticias, o ver muy pocas, pero los periodistas no podemos hacer esto. ¿Qué nos recomiendas?

JC: Si vas a ver noticias que por lo menos sean de medios fiables y oficiales que no generen pánico. También ayuda darse un espacio y no estar expuestos todo el día. Si te expones todo el día vas a dejar de estar bien. Otra cosa importante es que es preferible verlas en medios escritos ya que te da oportunidad de decidir hasta donde ver la noticia, y te distraes en el camino porque como estás leyendo piensas en cosas como la redacción, si lo hubieras hecho diferente, etc.

M: Todo esto ayuda mucho a los periodistas que están haciendo trabajo de campo, sin embargo, hay otro grupo que está varado en casa. Muchos freelancers estamos encerrados y sino que de repente tenemos menos trabajo del que solíamos tener y desearíamos estar haciendo más cosas. ¿Qué recomendaciones le darías a este grupo para cuidar de su salud mental?

JC:  Es muy importante que sigan una rutina. Es primordial. Esto da una disciplina porque si no todos los días se convierten en domingo o en lunes. Si te desestructuras puedes tener problemas de ansiedad, depresión, y se te puede juntar con otras patologías ya preexistentes.

También es muy importante tomar diez o quince minutos de descanso cada dos horas y que tomen en sol. Dejar de tomar el sol genera un déficit en la vitamina D, y esta vitamina contribuye a la absorción intestinal de calcio y fósforo. De igual manera, el sol ayuda a incrementar la cantidad de glóbulos blancos o linfocitos, los cuales ayudan a la inmunidad, por último, el sol aumenta o mantiene un equilibrio de la serotonina que funciona como neurotransmisor, el déficit o desequilibrio de esta causa depresión, ansiedad y problemas de sueño.

Finalmente, puede ayudar mucho tener una red de apoyo, estar en comunicación con otros reporteros, y que sigan escribiendo, pueden empezar a contar historias locales, entrevistar a los vecinos, o simplemente escribir sobre cómo están viviendo la experiencia, aunque no publiquen nada ahora. El material lo pueden usar después y los ayudará a mantenerse ocupados, mantener la rutina.

A continuación, una lista de recursos adicionales para poder cuidarnos mejor al hacer nuestro trabajo

Salud mental, Fundación Gabo

Manual para cubrir trauma del Dart Center for Journalism and Trauma

Manual de seguridad para periodistas: guía práctica para reporteros en zonas de riesgo

Protocolo de Seguridad ante la pandemia COVID-19

La APSIDE está dando sesiones de apoyo psicológico a periodistas en crisis. Pueden escribir directamente al correo de su página apside@vinlandmexico.com, aunque Juan Carlos Segarra ofreció la posibilidad de que les pasemos una lista por medio de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia y la atención pueda ser más rápida. La idea es que me escriban a mi correo: myriam.vidalvalero@gmail.com para agregarlos a la lista. Si eligen escribirme a mí, estén tranquilos y cuenten con mi palabra de que NO haré pública esta lista o cualquier comunicación que tengan conmigo al respecto. Es solo para poder facilitarles las cosas.


Myriam Vidal Valero es miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Anteriormente trabajó en el boletín Aquí entre Nos, el portal Ciencia UNAM y el programa de radio La ciencia que Somos de la Dirección General de Comunicación de la Ciencia, y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.  Actualmente es una periodista de ciencia freelance y ha colaborado con las revistas ¿Cómo ves? Y Muy Interesante y los portales del New York Times en Español y Medscape en Español, entre otros.

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